Conoce la Diabetes

El primer paso para aprender a convivir y cuidad correctamente de nuestra diabetes es educandonos. Aquí algunos datos que te ayudaran a educarte un poco más sobre la diabetes.

La diabetes mellitus es un trastorno en el que el organismo no produce suficiente cantidad de insulina o no responde normalmente a la misma, lo que provoca que las concentraciones de azúcar (glucosa) en sangre sean anormalmente elevadas.

Se suele utilizar el término «diabetes mellitus», y no sencillamente «diabetes», para designar esta enfermedad con el fin de distinguirla de la diabetes insípida. La diabetes insípida es un trastorno relativamente poco frecuente que no afecta a la glucemia, pero que también origina un mayor volumen de orina (poliuria).

La insulina es una hormona producida por el páncreas para controlar el azúcar en la sangre. La diabetes puede ser causada por muy poca producción de insulina, resistencia a la insulina o ambas.

La causa subyacente de la diabetes varía según el tipo. Pero, independientemente del tipo de diabetes que tengas, puede provocar un exceso de glucosa en la sangre. Un nivel muy alto de glucosa en la sangre puede provocar problemas de salud graves.

Es posible que conozcas la glucosa con otro nombre: azúcar en la sangre. La glucosa es la clave para mantener los mecanismos del cuerpo funcionando de manera óptima. Cuando tus niveles de glucosa son óptimos, con frecuencia no lo notas. Sin embargo, cuando se desvían de los límites recomendados, notarás el efecto no saludable que tiene en el funcionamiento normal del cuerpo, digamos que es como nuestro combustible.

La insulina es una hormona que permite que el azúcar en la sangre, conocido como glucosa, pase a las células. La glucosa proviene de los alimentos y las bebidas que consume. Es la principal fuente de energía del cuerpo. La insulina juega un papel clave en el mantenimiento de niveles correctos de glucosa en la sangre.

Los dos tipos de diabetes pueden producir síntomas muy similares si la concentración de glucosa en sangre es significativamente elevada.
Los síntomas de hiperglucemia (niveles sanguíneos de glucosa elevados) incluyen;

  • Aumento de la sed
  • Aumento de la micción
  • Aumento del hambre
  • Visión borrosa
  • Somnolencia
  • Náuseas
  • Disminución de la resistencia durante el ejercicio

En la diabetes de tipo 1 (antes denominada diabetes insulinodependiente o diabetes de inicio juvenil), el sistema inmunitario del organismo ataca las células del páncreas productoras de insulina, y más del 90% de estas células son destruidas de forma permanente. El páncreas, por lo tanto, produce poca o ninguna insulina. Solo en torno al 5-10% de todas las personas con diabetes padecen la enfermedad de tipo 1. En la mayoría de ellas, la enfermedad se manifiesta antes de los 30 años, aunque también puede aparecer más tarde.

En la diabetes de tipo 2 (antes denominada diabetes no dependiente de la insulina o diabetes de inicio adulto), el páncreas a menudo continúa produciendo insulina, algunas veces incluso a niveles superiores a los normales, en especial al principio de la enfermedad. Sin embargo, el organismo desarrolla resistencia a los efectos de la insulina, por lo que no hay suficiente insulina para satisfacer los requerimientos corporales. A medida que la diabetes de tipo 2 progresa, la capacidad de producir insulina del páncreas disminuye.

La obesidad es el principal factor de riesgo de la diabetes de tipo 2; entre el 80% y el 90% de las personas con este trastorno tienen sobrepeso u obesidad.

La diabetes gestacional aparece en mujeres embarazadas, habitualmente en el segundo trimestre. Se desarrolla debido a que las hormonas de la placenta provocan resistencia a la insulina, lo cual puede originar hiperglucemia. La Diabetes Gestacional se diagnostica con la realización del test de O’Sullivan entre las semanas 24 y 28 de embarazo.

Una de las formas más comunes para la detección de la diabetes es mediante un análisis de la glucosa en sangre en ayunas. La diabetes se confirma cuando esta cifra es igual o superior a 126 mg/dl en dos ocasiones. Cuando la cifra está entre 110 y 125 mg/dL se dice que tiene una glucosa anormal, y por debajo de 109 mg/dL se considera normal.

  • La diabetes tipo 1 no se puede prevenir, se trata de una enfermedad crónica que acompaña a lo largo de toda la vida.
  • La diabetes tipo 2 es mucho más frecuente en personas con sobrepeso y sedentarias. Llevar una alimentación saludable y mantener una actividad física son la mejor forma de prevenir la aparición de la diabetes tipo 2.

La hiperglucemia aparece cuando los niveles de glucosa en sangre están elevados, superando ampliamente los objetivos de control establecidos, comienzan a producirse en el organismo los cuerpos cetónicos, producidos en el hígado por la degradación de las grasas liberadas al torrente sanguíneo en situaciones de gran deficiencia insulínica.

La cetoacidosis diabética es una complicación aguda de la diabetes que se presenta principalmente en la diabetes mellitus tipo 1.
 
  • Los síntomas de la cetoacidosis diabética incluyen náuseas, vómitos, dolor abdominal, y un olor característico a fruta en el aliento.
  • La cetoacidosis diabética se diagnostica cuando los análisis de sangre muestran valores altos de glucosa, cetonas y ácido.
  • El tratamiento de la cetoacidosis diabética consiste en la reposición de líquidos por vía intravenosa y administración de insulina.
  • Sin tratamiento, la cetoacidosis diabética evoluciona hasta el coma y la muerte.
 

La diabetes daña los vasos sanguíneos, haciendo que se estrechen y por lo tanto se restrinja el flujo sanguíneo. Dado que los vasos sanguíneos de todo el cuerpo se ven afectados, las personas pueden presentar muchas complicaciones de la diabetes. Muchos órganos pueden verse afectados, en particular los siguientes:

  • Cerebro, riesgo de accidente cerebrovascular
  • Ojos ( retinopatía diabética), riesgo de ceguera
  • Corazón, riesgo de ataque al corazón
  • Riñones ( nefropatía diabética), riesgo de enfermedad renal crónica
  • Nervios ( neuropatía diabética); puede causar sensibilidad en los pies

La presencia de altos niveles de glucosa en la sangre también provoca alteraciones en el sistema inmunitario del cuerpo, por lo que las personas con diabetes mellitus son particularmente susceptibles a infecciones bacterianas y fúngicas.

Oficialmente no existe aun un medicamento que cura la diabetes, sin embargo si hay diferentes medicamentos que se usan para controlarla la diabetes;

  • Dieta
  • Ejercicio
  • Pérdida de peso
  • Educación
  • En la diabetes tipo 1, inyecciones de insulina
  • En la diabetes tipo 2, a menudo fármacos de administración oral y, a veces, inyecciones de insulina u otros fármacos

La alimentación, el ejercicio y la educación son los pilares del tratamiento de la diabetes y, a menudo, las primeras recomendaciones que se dan cuando se diagnostica diabetes leve. En personas con sobrepeso, es importante adelgazar. Las personas que continúan presentando concentraciones elevadas de glucosa en sangre a pesar de los cambios en el estilo de vida o cuya glucemia es muy elevada o sufren diabetes de tipo 1 (sin importar el valor de la glucemia) también necesitan tomar medicamentos.